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Situación:
Municipio perteneciente a la comarca de Sierra Sur de la que ocupa una porción central. Su término municipal es muy accidentado con montes al sur, este, oeste y noreste de más de 1.000 m de altitud y abriéndose en terrenos de vega del río San Juan, al noroeste. El núcleo urbano se sitúa en el fondo de la gran depresión que forman estos montes y junto al nacimiento del río San Juan. No obstante el 70% de la superficie municipal es cultivada. La actividad económica está basada en la agricultura y la ganadería, siendo el cultivo del olivar el principal, seguido del cerezo. La vega del río es muy rica en frutales y hortícolas.
Historia:
Los primeros testimonios de la presencia humana en este municipio se remontan al IV milenio antes de Cristo, en las cuevas del Plato y la Chatarra, habitadas por un grupo de pastores que fabricaron cerámicas decoradas con incisiones. De la Edad del Bronce o Cobre Final es el poblado de la Campana cerca de la Venta del Charco.
En su término municipal se localiza el poblado de Cabeza Baja de Encina Hermosa, que se ha identificado con Ipolcobulcula. Un gran centro poblacional fortificado, de nueve hectáreas, fundado en un momento tardío de la cultura ibérica y que alcanzó su desarrollo en la etapa altoimperial romana, en el s. I de nuestra era. Otro asentamiento de época ibérica y que se mantuvo en época romana es el de la Torre de la Gorgolla. A la etapa imperial corresponde la villa romana del Cortijo del Baño, en Venta del Carrizal.
Durante la etapa islámica fue conocido como Hins al-Uqbin, que unos traducen por Castillo de las Águilas y otros por Castillo de las Cuevas. Durante las últimas décadas del siglo IX y las iniciales del X, estuvo envuelta en la revuelta muladí. En el 918, el califa Abd Al-Rahman III aplastó la rebelión. Tras la ruptura de la unidad mantenida en el califato, Castillo de Locubín quedaría en manos de los Ziríes de Granada y posteriormente en el distrito catastral encabezado por Alcalá la Real.
Por su posición fronteriza pasó varias veces de manos musulmanas a castellanas. En tiempos de las conquistas de Fernando III formó parte de los territorios de la Orden de Calatrava, constituyendo uno de los límites avanzados de la encomienda de Martos. Fue definitivamente conquistada por Alfonso XI en 1341 y cuatro años más tarde el rey firmaba en Burgos un Privilegio por el que donaba el pueblo y castillo a la ciudad de Alcalá la Real, como merced a sus servicios.
Esta dependencia civil y religiosa de Castillo respecto a Alcalá la Real perduró hasta las primeras décadas del XIX. En el año 1600 los vecinos reclamaron por primera vez y sin éxito su segregación. En 1627 el rey Felipe IV vendía el lugar al marqués de Trujillo, lo que significaba su segregación. Pero esta situación duró poco, en 1693 pasa de nuevo a la Corona y en 1698 se reintegra a la jurisdicción alcalaína. En 1729 se solicitaba mediante pleito la separación, pero nuevamente ganaron los argumentos de Alcalá la Real.
Durante todo este periodo la población fue creciendo y afianzando, si en 1627 contaba con una población de 400 vecinos a principios del XIX el número se elevaba a 1.075 y a finales de la misma centuria eran 6.274 habitantes.
Los primeros testimonios de la presencia humana en este municipio se remontan al IV milenio antes de Cristo, en las cuevas del Plato y la Chatarra, habitadas por un grupo de pastores que fabricaron cerámicas decoradas con incisiones. De la Edad del Bronce o Cobre Final es el poblado de la Campana cerca de la Venta del Charco. En el Castillo de Locubin se localiza el poblado de Cabeza Baja de Encina Hermosa, que se ha identificado con Ipolcobulcula. Un gran centro poblacional fortificado, de nueve hectáreas, fundado en un momento tardío de la cultura ibérica y que alcanzó su desarrollo en la etapa altoimperial romana, en el s. I de nuestra era. Otro asentamiento de época ibérica y que se mantuvo en época romana es el de la Torre de la Gorgolla. A la etapa imperial corresponde la villa romana del Cortijo del Baño, en Venta del Carrizal. Durante la etapa islámica fue conocido como Hins al-Uqbin, que unos traducen por Castillo de las Águilas y otros por Castillo de las Cuevas. Durante las últimas décadas del siglo IX y las iniciales del X, estuvo envuelta en la revuelta muladí. En el 918, el califa Abd Al-Rahman III aplastó la rebelión. Tras la ruptura de la unidad mantenida en el califato, Castillo de Locubín quedaría en manos de los Ziríes de Granada y posteriormente en el distrito catastral encabezado por Alcalá la Real. Por su posición fronteriza pasó varias veces de manos musulmanas a castellanas. En tiempos de las conquistas de Fernando III formó parte de los territorios de la Orden de Calatrava, constituyendo uno de los límites avanzados de la encomienda de Martos. Fue definitivamente conquistada por Alfonso XI en 1341 y cuatro años más tarde el rey firmaba en Burgos un Privilegio por el que donaba el pueblo y castillo a la ciudad de Alcalá la Real, como merced a sus servicios. Esta dependencia civil y religiosa de Castillo respecto a Alcalá la Real perduró hasta las primeras décadas del XIX. En el año 1600 los vecinos reclamaron por primera vez y sin éxito su segregación. En 1627 el rey Felipe IV vendía el lugar al marqués de Trujillo, lo que significaba su segregación. Pero esta situación duró poco, en 1693 pasa de nuevo a la Corona y en 1698 se reintegra a la jurisdicción alcalaína. En 1729 se solicitaba mediante pleito la separación, pero nuevamente ganaron los argumentos de Alcalá la Real. Durante todo este periodo la población fue creciendo y afianzando, si en 1627 contaba con una población de 400 vecinos a principios del XIX el número se elevaba a 1.075 y a finales de la misma centuria eran 6.274 habitantes.
Fiestas:
Verbena del Carmen (16/07):
En la plaza del Carmen, se desarrolla una verbena en la que no falta el tradicional ponche con tropezones de fruta.
Fiestas en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno (7/09):
Cuenta la tradición que durante el traslado de la talla del Nazareno a Alcalá la Real, los portadores hicieron noche en Castillo; al día siguiente, la carga se hizo tan pesada que fue imposible proseguir el camino. Ante este hecho, los castilleros le edificaron una ermita y convirtieron al Nazareno en Patrón de la localidad. En su honor, se celebran fiestas en la primera quincena del mes de septiembre con concursos y juegos deportivos, actuaciones musicales y verbenas populares.
Fiesta de la Cereza, es el único pueblo que dedica una fiesta a esta deliciosa fruta. Se celebra los días 18, 19 y 20 de Junio coincidiendo con el fin de semana puede variar los días.